Tenía tantas arrugas en su cara como la cantidad de experiencias que había vivido,
ahora miraba al pasado, tiempo atrás donde su vida giraba alrededor de sus hijos.
Dedicó toda su juventud a sus cuidados y enseñanza; así hoy están totalmente preparados
para asumir el papel de padres: ahora les tocaba a ellos.
Sentía añoranza de esa época de su vida, estaba orgullosa de ser toda una madraza y la soledad del presente no iba con su forma de ser. La tristeza la ahogaba al recordar su casa llena de chiquillos alborotándolo todo, el silencio de ahora solo le provocaba pena, pero los años pasan, los hijos se van, es ley de vida y las madres quedan un poco olvidadas, no es que no te quieran, simplemente que la rueda de la vida va corriendo y todos hemos de asumir lo que ella te trae.
Ahora se ha de buscar otras ocupaciones que la hagan ser feliz, sentirse realizada como mujer, como madre ya lo estás. Vivir por y para una, darse un capricho, dedicarse a hacer simplemente lo que te apetezca.
Ser madre es importante, pero no lo es todo en la vida; una madre especial sabe vivir cada etapa de su vida con alegría, asumiendo la madurez. Hoy sabe que lo más importante de su vida es ver cómo han crecido sus hijos y marchan para marcar su propio destino. Ella terminará su camino muy feliz de verlos totalmente realizados.
Shantal